Desde mi Sofá | Obed Silva

 

El próximo mes de agosto, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) y el gobierno de EE.UU. establecerán la reducción en la cuota de agua que del Río Colorado recibe Baja California durante

2023 la cual se calculó en el pasado mes de junio en 126 millones de metros cúbicos, lo que representa 27 millones menos de los que se obtienen durante 2022.

De acuerdo con el Monitor de Sequía de México emitido por Conagua, la sequía que enfrenta gran parte de nuestro país se debe a la falta de lluvias debido a un fenómeno anticiclónico que muchos atribuyen al cambió climático que sufre nuestro planeta.

Los estados con la sequía más grave son; Chihuahua, Coahuila, Sonora, Baja California y Baja California Sur.

Por lo que corresponde al país vecino, un reciente monitoreo del Centro Climático de California demostró que el 60% de éste Estado reciente una sequía extrema y el año pasado fue el más seco del siglo para dicha entidad.

El lago Mead, el embalse artificial más grande de América del Norte, formado en el río Colorado entre Nevada y Arizona, se ha reducido a mínimos históricos, cayendo alrededor del 30% de su capacidad.

El citado embalse es una fuente importante de agua para Arizona, Nevada, California y Baja California, suministrando el vital líquido a casi 25 millones de personas y a enormes extensiones de campos agrícolas.

De acuerdo con Conagua, la región en donde se ubica Tijuana presenta una anormal fase de sequía. Por lo anterior, Tijuana, Rosarito y Ensenada están expuestas a una situación de carencia de agua por demás preocupante.

En este verano enfrentamos la sequía más severa de los últimos años, una muestra de ello es la reducción de 99 millones de metros cúbicos que sufre el río Colorado, la cual equivale a toda la cantidad que consume Mexicali en un año.

La situación es tal, que el gobierno municipal de Ensenada planteó un estado de emergencia ya que alrededor de 130 colonias padecen problemas de abastecimiento de agua.

En el caso de Tijuana, la deficiencia ha obligado a la implementación de un programa de tandeo con el propósito de evitar una situación similar a la de Ensenada.

En este tenor la gobernadora del Estado, Marina del Pilar Avila Olmeda declaró que “Baja California está rodeado de agua, tenemos fuentes de donde sacar agua, lo que no tenemos son las plantas potabilizadoras”.

En ese tenor el pasado 15 de junio, el Secretario de Hacienda del Estado, Marco Antonio Moreno Mexia, anunció que se retomará la construcción de la desaladora en Playas de Rosarito que firmó el último gobierno panista y canceló el exgobernador Jaime Bonilla Valdez, aduciendo condiciones inaceptables para el Estado.

Moreno Mexia afirmó que ante la sequía que enfrenta la cuenca del Río Colorado, se buscan alternativas para obtener el líquido.

Una de ella tiene que ver con llegar a un acuerdo con los dueños de la empresa Aguas de Rosarito para suspender un litigio internacional y eventualmente buscar una sustitución de los inversionistas interesados en el proyecto.

De igual forma trascendió que si hubiera inversión del gobierno de Estados Unidos de América en la desaladora de Playas de Rosarito, una parte del agua obtenida se vendería a los estados de California y Arizona.

La interrogante que surge es; ¿por qué no construyen desaladoras en California?

Nomás por joder:

En su proceso para la elección de consejeros nacionales a Morena “se le cayó el sistema”. “El Karma Bartlett” los persigue.

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