Desde mi Sofá | Obed Silva

 

Tijuana, B. C. 15 de mayo de 2022.- Las preguntas que nos hacemos los seres humanos sobre nuestra existencia versan casi siempre alrededor de las siguientes dudas; ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?

Para responder la pregunta acerca del origen de la humanidad existen diversas explicaciones pero las predominantes se sustentan en dos

posiciones: el creacionismo y el evolucionismo.

El creacionismo es la creencia de que el universo y la vida se originaron “de actos concretos de creación divina”, mientras que el evolucionismo propone que los seres vivos actuales son “el resultado de una serie de cambios graduales que se han ido produciendo a partir de ancestros comunes”.

Apoyados en la postura evolucionista, durante cientos de años científicos y antropólogos se han dado a la tarea de escudriñar los orígenes de los seres humanos y la forma en que se fueron transformando durante miles de años.

En el campo de los evolucionistas, la teoría más aceptada es la que sostienen los investigadores Rebecca Cann, Stoneking y Wilson quienes demostraron que el Homo sapiens se originó en África entre 140.000 y 290.000 años atrás.

En febrero de 2021, Digital Trends (sitio web de noticias tecnológicas) publicó un artículo firmado por Poppy Jackson, en el que se informa que hay quien afirma haber identificado el lugar exacto de donde provenimos todos los seres humanos.

Para ello, la genetista Vanessa Hayes del Instituto Garvan de Investigación Médica en Sydney dirigió un estudio utilizando datos científicos específicos para identificar la ubicación precisa del lugar.

En particular, Hayes y su equipo de expertos se apoyaron en el ADN mitocondrial obtenido de las células de 1.217 muestras. A partir de esas muestras, rastrearon lo que se conoce como linaje L0 en el ADN mitocondrial de los seres humanos.

El linaje L0 se remonta a Eva, la mujer africana que se ha demostrado que es el ancestro común de la humanidad.

El ADN mitocondrial L0 comenzó en algún lugar, y Hayes pudo rastrear el origen de las raíces de la humanidad en África, señalando específicamente el lugar del origen de los humanos en un humedal en Botswana.

Los científicos encontraron que L0 y todas sus sub-ramas se sitúan en un territorio que se extendía desde Namibia hasta Botswana y Zimbabwe.

Después, estudios arqueológicos y geológicos ayudaron a Hayes a encontrar evidencia de un enorme lago antiguo que se transformó en humedal.

El enorme lago Makgadikgadi, solía cubrir una gran franja de la actual Botswana sin embargo, hace unos 200.000 años se transformó de lago a humedal. Y según Hayes, esta extensión pantanosa fue la cuna de la humanidad moderna.

En aquel momento, dice Hayes, el humedal ubicado en Botswana habría servido como un oasis. Por tanto, la humanidad pudo haber iniciado allí hace 200.000 años y permanecido en el área durante 70.000 años más. Pero se afirma que un cambio en el eje de la tierra transformó el clima y obligó a los humanos originarios a alejarse de los humedales.

Grandes precipitaciones pluviales promovieron el crecimiento de plantas que brotaron en corredores largos y frondosos. Estos caminos verdosos le dieron a los humanos una razón para expandirse desde sus hogares en los humedales hacia nuevos territorios.

Según los investigadores, este primer desplazamiento fue el precursor de una gran migración global, que comenzó hace entre 60.000 y 80.000 años.

No obstante el estudio de Hayes que señaló el lugar del origen de la humanidad, hay expertos que proponen que a pesar de los avances de la ciencia moderna y las pruebas de ADN, establecer el lugar exacto del origen de la humanidad puede resultar una asignatura pendiente de resolverse.

Por ahora, sin embargo , y gracias al trabajo de Hayes podemos considerar que la vida humana pudo haber evolucionado hace 200.000 años, con los primeros humanos cuyo origen fue un humedal de Botswana.

¡Nada más por joder!

Lo dicho, el Pri “flojito y cooperando” ya aceptó reducir a 300 los diputados federales, el voto electrónico, eliminar los Oples, reducir el financiamiento a los Partidos y la insaculación para nombrar consejeros del INE.

• El autor es abogado y analista político

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