Desde mi Sofá | Obed Silva
Tijuana, B. C. 1 de mayo de 2022.- En la semana que concluyó se develó el misterio y el Presidente de México dio a conocer los detalles de su reforma electoral de la que de inmediato saltan a la vista, propuestas que los hoy “opositores” ofrecieron cuando usufructuaban el Poder Público pero que nunca cumplieron y que
ahora les indigna porque las presenta López Obrador.
Por motivo de espacio, comentaré sólo tres de ellas.
1.- Voto electrónico. Este tema se ha discutido en México, por lo menos en los últimos 24 años. Los consejeros del INE han viajado a diversos países para conocer el funcionamiento de este mecanismo de votación.
Las resistencias acerca de si este método otorga plena certeza de la expresión de la voluntad popular aunado al histórico fantasma del fraude electoral han evitado que la propuesta avance en nuestro país.
Pero lo que más ha pesado es que con el “voto electrónico” se eliminaría un oneroso gasto de los órganos electorales en papelería, material electoral y sistemas informáticos.
Gasto público que se ha convertido en una verdadera industria de miles de millones de pesos, controlada por un grupo de empresas.
De ser aprobada está iniciativa abrirá un nuevo escenario en donde los ciudadanos podríamos hacer uso de la revolución informática y en un futuro no muy lejano poder votar desde un teléfono celular, lo que podría incentivar de manera dramática la participación de votantes y abatir el abstencionismo.
Al mismo tiempo los resultados serían en la práctica inmediatos, eliminando los gastos del “Prep y las encuestas de salida” así como la tortuosidad de los cómputos distritales y nacional que son una reminiscencia del atávico trauma del fraude electoral.
En síntesis, el voto electrónico significa demoler paradigmas y fortísimos intereses económicos de un reducido número de beneficiarios del vetusto método para emitir el sufragio.
2.- Órgano electoral único. A partir de la reforma electoral de 2014 se dio el paso a la conformación de un sistema electoral unificado y centralizado por el INE.
Después del fracaso del experimento panista en el sentido de que Baja California tuviera su propio padrón electoral y en consecuencia su credencial estatal electoral, quedó cimentada la atribución del Registro Federal de Electores para administrar el padrón electoral nacional y la credencial para votar.
Con lo anterior se confirmó que los instrumentos fundamentales para votar como son el padrón y la credencial son monopolio del INE y por tanto, todos los órganos electorales estatales bailan al son que les toca el INE.
Depues de 2014, el INE tomó el control absoluto de todo lo relativo a la fase de preparación de la jornada electoral (integración y capacitación de mesas directivas de casilla) por lo que los órganos electorales locales (OPLES) se convirtieron en figuras decorativas, sobretodo porqué es el Consejo General del INE quien los nombra o remueve libremente.
Hoy que se propone desaparecer los OPLES por innecesarios y onerosos la “oposición” pega el grito en el cielo reclamando el exceso, cuando quienes ahora reclaman fueron los promotores de tal situación.
Lo cierto es que la atribución de los Congresos Estatales para integrar los órganos electorales estatales les fue arrebatada para entregarla a los consejeros del INE que, mediante esa prerrogativa, hacen valer su influencia política en los 32 Estados de la República y es obvio que quitarsela les molesta.
3.- Congreso de la Unión integrado por legisladores de representación proporcional. Propuesta muy audaz que podría remover los cimientos políticos que han durado intactos por más de ochenta años.
No es la primera vez que se pone sobre la mesa la idea en el sentido de que la representación popular se exprese de una forma en que los ciudadanos tengan un peso específico por encima de los Partidos Políticos.
Con éste propósito se creó la figura de “candidatos independientes” que como ha quedado demostrado, es insuficiente e inhibe la participación al poner a competir a los ciudadanos de a pie en contra de las maquinarias electorales de los Partidos Políticos.
La propuesta de que el Congreso de la Unión se integre mediante el peso específico electoral que presenten los Partidos Políticos, es un dardo dirigido al corazón del politburó de los partidos que se reparten a su antojo las candidaturas “de representación proporcional” que les corresponden, de acuerdo a la votación obtenida y promovida por sus bases militantes.
De prosperar está iniciativa daría un vuelco a la tradicional forma de integración del Congreso propiciando una mejor expresión de la voluntad ciudadana y daría paso a un régimen parlamentario más avanzado que el actual ya obsoleto.
Propuestas como la de reducir el financiamiento a los Partidos y otorgarlo sólo para las campañas electorales, la elección directa de Consejeros Electorales y Magistrados así como otras que se han empezado a discutir, van dirigidas a terminar con los privilegios de una burocracia político/electoral que se ha dedicado a medrar con cargo al erario.
¡Nomás por joder!
Será interesante ver si hay congruencia de los morenistas en el ámbito local al acoger, defender y materializar la Reforma Electoral propuesta por el Presidente López Obrador en la Legislación Electoral Estatal.